Casi 15 millones de muertes en exceso a nivel mundial para fines de 2021 se debieron a COVID, según cifras publicadas por la Organización Mundial de la Salud.
Estima que un total de 336,8 millones de años de vida se perdieron a nivel mundial debido a la pandemia, que se declaró a principios de 2020.
Esto significa que, en promedio, cada exceso de muerte resultó en la pérdida de más de 22 años de vida, con la mayor cantidad perdida en personas entre 55 y 64 años.
El informe es la indicación más clara hasta el momento del devastador legado de la pandemia a escala mundial.
La evaluación de la salud mundial de la OMS también exige una respuesta mundial a la creciente amenaza de las enfermedades no transmisibles (ENT) como el cáncer, los trastornos cardíacos y la diabetes, que, si no se controlan, podrían representar el 86 % de todas las muertes para 2050.
A pesar de los avances en la medicina, las enfermedades no transmisibles ahora cobran casi las tres cuartas partes de todas las vidas cada año.
Si esta tendencia continúa, se espera que las enfermedades no transmisibles causen alrededor del 86% de los 90 millones de muertes anuales para mediados de siglo, advierte el informe de estadísticas de salud global de la Organización Mundial de la Salud.
Esto significa que 77 millones de muertes se deberán a enfermedades no transmisibles, un aumento de casi el 90 % desde 2019.
La Organización Mundial de la Salud pide una acción “decisiva y colectiva” para abordar lo que describe como una “amenaza para la salud cada vez mayor para las generaciones futuras”.
El director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, dijo: “El mundo debe prestar atención a las lecciones de las últimas dos décadas, incluida la tragedia de estos años de pandemia.
“Uno de los más importantes de estos factores es saber que tenemos el poder de evitar muertes y enfermedades innecesarias, y de crear comunidades y sistemas de salud más fuertes, equitativos y resilientes”.
También existen preocupaciones más amplias sobre cómo la pandemia ha exacerbado las disparidades en la salud y socavado las mejoras en la lucha contra la malaria, la tuberculosis y las llamadas enfermedades tropicales desatendidas.
El informe de este año incluye por primera vez una sección dedicada al cambio climático y la salud y pide una “respuesta coordinada y fortalecida”.