Caster Semenya, medallista de oro olímpica en los 800 m, ganó una apelación del Tribunal de Derechos Humanos sobre las reglas que rigen la testosterona en las competencias de atletismo.
El Tribunal Europeo de Derechos Humanos dictaminó que la doble campeona olímpica había sido discriminada.
La decisión podría obligar al tribunal supremo del deporte a reconsiderar las regulaciones que obligan a Semenya y otras atletas femeninas a reducir sus niveles naturalmente altos de testosterona para poder competir en los principales eventos, como los Juegos Olímpicos y los campeonatos mundiales.
El tribunal también dictaminó que a la corredora no se le permitió una “compensación efectiva” cuando sus dos apelaciones anteriores contra las reglas fueron rechazadas por el Tribunal de Arbitraje Deportivo y el Tribunal Supremo de Suiza.